El perito calígrafo se enfrenta a numerosos desafíos a la hora de estudiar un documento, pero si además dicho documento es una fotocopia la labor es mucho más ardua. Esto es debido a que en las fotocopias:
• No se refleja la presión ejercida con el útil escritural.
• Distorsiones en el trazo.
• Hay gestos escriturales que al ser ejecutados a gran velocidad carecen del grosor necesario para que sean percibidos por la fotocopiadora.
• Los trazos más gruesos aparecerán sinuosos o como realizados con pulso tembloroso, lo cual inducirá al perito calígrafo a error.
• El tamaño de las letras puede aumentar o disminuir según la configuración de la fotocopiadora. Hay ciertos tamaños de impresión que hacen que la escritura sea ilegible o confusa.
• El posicionamiento del documento a la hora de realizar la fotocopia puede confundir al perito calígrafo al resultar la dirección del texto distorsionada por dobleces o torceduras en el papel.
• Hay numerosas opciones a la hora de falsificar, pudiendo superponer recortes u otros elementos a la hora de hacer la fotocopia que no existen en el original.